El diagnóstico del mercado laboral de Avalem Territori partió de tres áreas de trabajo, para identificar:
– Los diversos recursos vinculados a los procesos de desarrollo para la creación de empleo (naturales, humanos, sociales, económicos, culturales, etc.).
– Los procesos de innovación que contribuyen al desarrollo territorial por su capacidad para incorporar mejoras en el escenario económico y social en su ámbito geográfico.
– Las diferentes redes que actúan en los territorios como instrumentos vertebradores y son la base de su tejido empresarial, económico, público y privado, institucional e incluso social.
Avalem Territori ha abordado el análisis territorial de la Comunitat Valenciana a partir de 18 áreas funcionales, unidades territoriales autónomas con dinámicas espaciales propias, que requieren actuaciones específicas para definir objetivos en cuanto a impulso de políticas estratégicas sobre empleo, formación profesional, equilibrio territorial entre población y empleo, movilidad sostenible, y regulación e implantación de suelo para actividades económicas. Se contemplan cuatro tipos de áreas funcionales:
• Las áreas urbanas integradas, constituidas por sistemas metropolitanos. Son las capitales provinciales y sus áreas metropolitanas: València, Castelló y Alacant-Elx.
• Las áreas funcionales litoral-interior, integradas por ciudades litorales con función de nodo principal y comarcas de interior bajo su influencia: Els Ports-Baix Maestrat, Valle del Palancia, la Marina Alta, La Marina Baixa y la Vega Baja.
• Las áreas funcionales del interior, que tienen su fundamento en el sistema de ciudades-nodos de interior, con un área de influencia integrada por comarcas rurales. El modelo territorial está estructurado en ciudades continentales, con predominio de actividades industriales tradicionales y centros de servicios y comerciales: Requena-Utiel, Xàtiva, la Vall d´Albaida, el Vinalopó y Alcoi.
• Las áreas funcionales singulares, que tienen características territoriales particulares. Por una parte, un territorio como la Ribera del Xúquer, con dos comarcas tradicionales, de litoral y de interior, con una capital de interior (Alzira), una economía diversificada, una presencia condicionante de la multinacional del automóvil y la influencia metropolitana. Por otra parte, la Safor, una microárea funcional, caracterizada por la diversidad de su estructura económica (industria, agricultura comercial, turismo, actividad comercial y puerto).